Los 15 mejores pintxos de Bilbao

¿Qué es?: Una receta tradicional al estilo de hoy en día.

¿Por qué ir?: El Globo tiene una de las barras de pintxos más completas de Bilbao. Es difícil decidirse por uno, así que nuestro consejo es que pruebes todos los que puedas. Pero puestos a elegir, sin duda el que no os podéis perder es el txangurro gratinado. Esta receta tradicional de la gastronomía vasca alcanza su máxima expresión en este local del centro de la ciudad. Un bocado de alta cocina en formato miniatura que hará las delicias de los fanáticos del marisco.

¿Qué es?: Un bar donde el queso es el auténtico protagonista.

¿Por qué ir?: Si sois de los que no podrían vivir en un mundo sin queso, este es vuestro sitio. Pintxos con quesos de todo tipo en el que la crep de queso con hongos y salsa de pimientos del piquillo destaca por encima del resto. Os lo servirán caliente así que lo mejor es que pidáis un vaso de sidra fresca para acompañarlo. Además, Gaztandegi tiene una grandísima selección de los mejores quesos de Europa, querréis probarlos todos. Sin duda una parada obligatoria en vuestra ruta de pintxos por la ciudad.

Dejando atrás el reluciente Casco Viejo y adentrándonos en la misteriosa Iturribide llegaremos enseguida al mítico Melilla y Fez. El paseo habrá merecido la pena. Una barra llena de tortillas de todos los sabores serán el perfecto aperitivo del pintxo de cordero que nos comeremos después. ¿Por qué triunfa tanto un bocado cuyo origen se encuentra tan lejos de Bilbao? Porque es auténtico y no se ha dejado llevar por las nuevas vanguardias de la cocina. El pintxo moruno del Melilla sigue siendo igual de delicioso que hace 50 años.

¿Qué es?: Un salón de juegos donde no pensaríais que cocinan una tortilla tan buena.

¿Por qué ir?: Puede parecer un lugar extraño para degustar un pintxo, y lo es. Se trata de uno de los secretos a voces de la ciudad, ya que desde fuera nadie se podría imaginar la buena mano que tienen con la tortilla. Con un aspecto rústico y poco hechas, las preparan de varios sabores: txaka, jamón y queso, champis… aunque la estrella es sin duda la de toda la vida. Probar este clásico de nuestra gastronomía en el salón de juegos Concha-1 es una apuesta segura.

¿Qué es?: Una tasca de las de toda la vida escondida entre calles que no resulta fácil de encontrar.

¿Por qué ir?: En la Bodega Joserra no se andan por las ramas, lo que importa es el producto. Ajeno a las nuevas modas, esta tasca mantiene su solera y tradición sirviendo los que para muchos son los mejores bocadillos del Casco Viejo. Sentaros en una de sus mesitas y probad el medio de bonito con divisa, sin duda el más famoso. Y si tenéis suerte, quizá coincidáis con una cuadrilla de txikiteros que os amenizarán la comida con sus simpáticas canciones. Todo muy auténtico.

¿Qué es?: El mejillón relleno más famoso de las siete calles.

¿Por qué ir?: A la hora del aperitivo en el Baste siempre hay buen ambiente, y eso es sin duda un claro indicador de que ahí se come bien. Una cocina tradicional y generosa donde desde hace décadas han adquirido gran fama sus mejillones rellenos. O mojojones, como decimos por aquí. De la cocina no paran de salir bandejas y bandejas de este pequeño manjar que los parroquianos devoran alegres con un vino en la mano. Un buen plan para un domingo por la mañana.

¿Qué es?: Un clásico del casco viejo que nunca pasa de moda.

¿Por qué ir?: En el Basaras el producto estrella es la anchoa. Las compran al salazón, las soban, las limpian y las ponen en aceite. Todo hecho a mano y con mucho cariño. Una vez listas las sirven en una rebanada de pan con una alegría riojana. Un proceso artesanal y que requiere de tiempo y paciencia, pero que cuando las probéis os daréis cuenta de que merece la pena. Un bocado sencillo y delicioso. Puede que los tiempos cambien, pero cuando algo es bueno y con personalidad, perdura.

¿Qué es?: Un local donde siempre hay buen ambiente y opciones para todos los gustos.

¿Por qué ir?: Entrar en un bar y que haya tanta variedad de pintxos donde elegir es una delicia. La barra está llena de colores y olores, así que dejaos llevar por vuestra intuición y seguro que acertaréis. El Irrintzi combina elementos tradicionales de la gastronomía vasca con apuestas muy vanguardistas, lo que lo convierte en una parada obligatoria en vuestro paseo por el Casco Viejo. Siempre hay buen ambiente, por eso su lema es ‘Pintxos & Friends’. ¿Qué más se puede pedir?

¿Qué es?: Un pintxo de champiñones a la plancha con un toque picante.

¿Por qué ir?: Somera es una de las calles con más vida del Casco Viejo, sobre todo a la tarde-noche durante los fines de semana. Y entre tanto bar destaca el Motrikes gracias a sus champiñones. La elaboración parece sencilla: un par de champiñones a la plancha, una rebanada de pan y una salsa secreta. Cuenta la leyenda que alguien quiso pagar 30.000 euros por la receta, pero no se la vendieron. Gracias a ello podréis acercaros a esta famosa calle a probarlos.

¿Qué es?: Una cresta de gallo confitada y servida en pan con setas.

¿Por qué ir?: Porque no siempre se tiene la oportunidad de probar algo tan original como la cresta de gallo. Xukela es uno de esos bares que nunca faltan en la ruta que los bilbaínos hacen por la zona. Su fama se ha ido extendiendo por la ciudad gracias a sus cazuelitas y pintxos tradicionales entre los cuales el más famoso es la cresta de gallo. Ya lo sabéis, si buscáis algo diferente, divertido y clásico, el Xukela es vuestro bar.

¿Qué es?: El primer restaurante de la ciudad dedicado exclusivamente a las ostras.

¿Por qué ir?: Si os encantan las ostras tenéis que ir al Puertito, encontraréis hasta ocho variedades de este manjar traídas desde diferentes lugares de España y Europa. Dejaos aconsejar, podéis tomarlas solas o con los diferentes aliños que ofrecen. Y nada mejor que acompañarlas con una copita de su fantástica bodega donde destacan los txakolis, albariños y champagnes. Su decoración y estilo moderno hacen que la visita se convierta en una experiencia fresca y marinera.

¿Qué es?: La evolución del pintxo tradicional a los nuevos tiempos.

¿Por qué ir?: Gure Toki es una de esas barras de pintxos que no sabes si empezar a comer o sacar fotos. Desde la Plaza Nueva, el corazón de la ciudad, miran hacia el futuro de la cocina sin olvidar de dónde vienen. Una de sus señas de identidad es la apuesta por pintxos calientes elaborados al momento. Entre sus propuestas destacan la costilla de vaca, el bacalao o la tarta de queso, pero os animamos a que os dejéis llevar y elijáis vuestros preferidos. Acertaréis.

¿Qué es?: El secreto mejor guardado de la ciudad que se sirve entre panes.

¿Por qué ir?: Nadie sabe qué lleva su salsa exactamente, pero lo que sí sabemos es que está buenísima. Tan sólo elige si prefieres un triángulo o una torre y trata de adivinar los ingredientes secretos. Eme se ha convertido en una institución y un lugar de peregrinación para muchas personas de fuera de la ciudad que no pueden resistirse a un bocado con más de medio siglo de historia. Si la realidad está a la altura de la leyenda os toca a vosotros comprobarlo.

¿Qué es?: Un bocado de chorizo asado al fuego y servido con pan al estilo tradicional.

¿Por qué ir?: El Bacaicoa, tras más de 50 años de andadura, sigue sirviendo el mejor pintxo de txorizo al infierno del botxo. Lo asan en una cazuelita de barro con alcohol y ron, y junto con las setas al purgatorio y el txanpi a la gloria componen el trío perfecto para acompañar una copita de vino de su cosecha propia. Restaurantes como el Bacaicoa son los que mejor reflejan la personalidad de nuestra ciudad y esperemos que sigan haciéndolo durante muchos años.

¿Qué es?: Alta cocina de autor en un solo bocado.

¿Por qué ir?: Esta es la historia de un riojano que se enamoró de Bilbao y que, a base de trabajo, duro ha conseguido hacerse un hueco en la difícil plaza que es la hostelería del botxo. Su apuesta no podía haber resultado más deliciosa. La Gavilla, nombre que reciben las ramas de la vid, ha calado en los paladares de los bilbaínos, y su pintxo estrella de ‘pan soplao’ con espuma de queso azul y tataki de buey os hará salivar desde el mismo momento en el que lo pidáis.