Pista
La pista es de quien la trabaja, es lo que afirma la coreógrafa Bárbara Foulkes. De origen argentino, Bárbara reside en la Ciudad de México desde 2009 y hace poco emprendió la iniciativa de fundar un espacio independiente para la danza. “Un lugar para compartir y abrir las prácticas artísticas”, expresa la bailarina.
Ubicada en la parte superior del restaurante La Casa de Cantera en la Roma, Pista apenas comenzó sus actividades en abril de 2017. Sin embargo, el trabajo previo para su apertura fue demasiado arduo. Inició cuando Bárbara descubrió esta joya arquitectónica un tanto descuidada e imaginó convertirla en un estudio para practicar la danza con arneses, uno de los ejes principales de su obra dancística (Flota, Sin casa, Fenómeno y 9.8).
Apoyada por el dueño del restaurante y sus trabajadores, la especialista se involucró a tal grado con la adaptación del sitio que decidió poner su cuerpo y unirse a la labor de construcción: mover, cargar, pegar, limpiar y acomodar. El resultado sucedió por el esfuerzo conjunto y, hasta ahora, estos procesos colaborativos son parte de sus líneas curatoriales.
Pista no es un estudio de danza común, incluso su nombre le da un tono más relajado. No hay espejos ni aparatos, solo ánimos para bailar. En ella se imparten clases, se muestran obras y se reúnen cuerpos para disfrutarse y pensar. Su precariedad, derivada del fenómeno de autoconstrucción, es un rasgo distintivo. A la vez que persisten las limitaciones técnicas (el techo inacabado,