Tacos Orinoco
El menú es pequeño pero suficiente. Es una taquería de Monterrey que ya está haciendo ruido en la Roma.
Al pastor se le llama trompo y es una de las tres proteínas con las que trabajan. Las otras dos son el bistec y el chicharrón. Comencemos con el último, la parte del cachete de cerdo sumergido en ajo y frito al punto para que quede crocante y suave al mismo tiempo. Por otro lado, confían tanto en la suavidad de su bistec que no lo pican, lo sirven completo en la tortilla hecha a mano. Sí, es casi una gaonera.
El pastor, perdón, el trompo, es cumplidor a su manera, bien sazonado pero mejor servido. Se esmeran con la piña, la cebolla caramelizada y una sorpresa muy grata: papas aplastadas que quedan perfecto con salsa de yogur y pepino.
El factor queso no se queda atrás. Hay tortillas de harina norteñas y grandes, con queso derretido a las que les puedes añadir la carne de tu preferencia. Mi recomendación es la campechana, con pastor y bistec.
Las salsas, servidas en su propia charola, merecen su propio párrafo. Hay de cilantro, tomatillo, chile de árbol y chile piquín; como en el vino, la mejor es la que a ti te guste.
El menú de postres es casi tan grande como el de tacos, hay buñuelos, paletas de guayabas, obleas con cajeta… bueno, no por nada el logo de la taquería es una vaca de cuerpo completo.
Entre otras propuestas, Tacos Orinoco son una gran oportunidad para volver a la Roma, aunque en realidad sean un viaje al norte del país, y sus horarios nocturnos caen como anill