Gonzalo Lira

Ari Aster sabe que uno de los principales miedos de la humanidad es la muerte. No es casualidad que a los cuatro años saliera corriendo del cine durante una función de Dick Tracy (1990), justo en la escena en la que un personaje dispara su arma frente a un fondo en llamas, obligando a que su madre lo persiguiera hasta la salida. La extinción siempre acecha amenazante en su trabajo. El director de la impactante El legado del diablo (2018), que exprimió el talento de Toni Collete, está de regreso con una historia destinada a la controversia y el escrutinio. Midsommar: El terror no espera la noche, nombrada así por desarrollarse durante la festividad sueca del mismo nombre, no se despega de los temas que parecen obsesionarlo desde sus años como director de cortometrajes, cuando en pocos minutos exploró tópicos tenebrosos de la mente humana y experimentó lo suficiente, en términos técnicos, para alcanzar imágenes y actuaciones virtuosas. Después de una tragedia familiar, Dani (Florence Pugh) decide acompañar a su novio Christian (Jack Reynor) y a sus amigos a Suecia. Lo que inicialmente era un viaje antropológico para algunos y vacacional para otros, termina convirtiéndose en una pesadilla donde lo más monstruoso de la naturaleza humana se presenta para acecharlos, durante las desconcertantes celebraciones del culto pagano del que son huéspedes. La forma en la que el joven realizador se abre ante la audiencia, para hablar sobre temas incómodos, oscuros y dolorosos, contrasta rotu

El 26 de abril de 1986, la central nuclear soviética Vladímir Ilich Lenin —ahora Ucrania—, fue testigo del único accidente nuclear que se ha equiparado a Fukushima, Japón, en la Segunda Guerra Mundial. El incidente, de alto impacto político para entonces menguante Unión Soviética, ha sido poco explorado en la pantalla y la cultura popular. Sin embargo ahora, bajo la dirección de Johan Renck (Downloading Nancy, The Walking Dead) y con un guion de Craig Mazin —inspirado, en gran medida por el libro Voces de Chernobyl—, las historias detrás de este fatídico evento llegan a HBO el 10 de mayo. Contada desde diferentes ángulos, y basada en una investigación que retoma el lado científico y político, y el costo social y cultural, la serie simplemente titulada Chernobyl se vale de un espectacular elenco encabezado por Emily Watson, Stellan Skarsgard, Jessie Buckley y Jared Harris para explorar tanto los motivos como las consecuencias de uno de los eventos más lamentables de finales del Siglo XX. Al respecto, platicamos con su protagonista, la dos veces nominada al Oscar, Emily Watson. ¿Cuál fue el desafío emocional más fuerte al que te enfrentaste, tomando en cuenta las historias que conociste leyendo Voces de Chernobyl y preparando este personaje?Tuve dos cosas que fueron de gran ayuda. En primer lugar, la gente de HBO nos dio acceso a muchísima información científica y técnica de lo sucedido. Mucha, debo confesarlo, no duraba más de dos segundos en mi memoria. Sin embargo, hubo much

México es cine. La filmografía nacional ha tenido sus vaivenes pero sin duda hay películas que nos hacen sentir orgullosos. Nos sabemos cada escena, cada movimiento, cada corte y, por supuesto, cada diálogo. Para que no te esperes al 15 de agosto para celebrar el Día Nacional del Cine Mexicano recordamos algunos de los filmes contemporáneos que nos hacen palpitar más fuerte y han puesto en alto el nombre de México, dentro y fuera de casa, durante los últimos 20 años, como es el caso de Roma de Alfonso Cuarón, que ha sigo la gran ganadora en los festivales de cine que ha visitado. Si quieres seguir el festejo, te recomendamos los mejores eventos de cine en la CDMX y, si el bolsillo no te da o las proyecciones aire libre.  Recomendado: 15 películas mexicanas que puedes ver en Netflix. 

Roma se estrenó en 30 de agosto en el Festival Internacional de Cine de Venecia llevándose el León de Oro a Mejor película. Tiempo después, se hizo acreedora de el Premio del público en el Festival Internacional de Cine de Toronto, la Rana de bronce en el Festival Internacional de Cine de Bydgoszcz y  los premios a Mejor director, Mejor cinematografía y Mejor director en el Círculo de Críticos Cinematográficos de Nueva York. Por estos premios, estamos seguros de que el filme de Alfonso Cuarón tendrá muchas nominaciones en la 91 edición de los Premios de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas —que se llevará a cabo el 24 de febrero de 2019—, así que elegimos las categorías en las que creemos que se puede llevar las estatuillas. Recomendado: Los lugares favoritos de Alfonso Cuarón en la Roma.

La historia de Ana y Bruno se centra en la figura de Ana —Galia Mayer—, una niña que vive en una institución psiquiátrica con su madre —Marina de Tavira, quien últimamente ha estado bajo el reflector internacional por su trabajo en Roma de Alfonso Cuarón—, en donde conoce al peculiar Bruno —Silverio Palacios—, con quien inmediatamente entabla una relación detonada por la necesidad de aventura. En el caso particular de Ana, llega cuando su madre atraviesa una difícil crisis, obligando a la pequeña a buscar a su padre —Damián Alcázar— con la esperanza de un reencuentro familiar. Es en esta búsqueda, Ana y Bruno cruzan su camino con una deliciosa variedad de personajes —reales e imaginarios— que van desde una rencorosa elefanta color rosa —Regina Orozco— o un niño invidente —Daniel Carrera en el personaje más encantador—, hasta un reloj humanoide lleno de tics nerviosos —con Mauricio Isaac influenciado por Lewis Carroll—. Temas como la soledad, la demencia y demás puntos débiles a los que cualquiera podemos ser vulnerables, son tocados con sensibilidad, imaginación y sentido de la responsabilidad. Es gracias a ello que en Ana y Bruno vive una historia que triunfa aún por encima de las ambiciones técnicas de un proyecto que absorbió alrededor de una década a su director, Carlos Carrera, ya que se sirve de estos temas para llenar la pantalla de personajes maravillosos y fantásticos. Con todos estos elementos y una buena dosis de acción, ya sea en un tren a alta velocidad o enfrent

El rostro golpeado de Luis Gerardo Méndez no solo llena la pantalla, también establece algo evidente: esta no es la típica comedia en la que suele aparecer y, sobre todo, no es un personaje en el que lo hayamos visto. Tiempo compartido llega después de arrasar festivales como Sundance y Guadalajara para explorar el lado más oscuro de lo que cualquiera idealizaría como las vacaciones perfectas. Y es que todos hemos estado en medio de una multitud a la orilla del mar en plena Semana Santa preguntándonos por qué decidimos que esas fechas serían las ideales para darnos un descanso. Dirigida por Sebastián Hofmann —Halley (2012— y producida por el propio Luis Gerardo Méndez, Tiempo compartido es una pesadilla lúcida en la que la frustración y la rabia convergen en un thriller con tintes de humor negro. Una familia, encabezada por el actor de Club de Cuervos y la actriz Cassandra Ciangherotti, deberá olvidar sus planes vacacionales cuando se entera que la villa en la que se hospedan fue sobrevendida y deben —literalmente— compartir su tiempo con otra familia —encabezada por el hilarante Andrés Almeida—, que no está dispuesta a ceder sus pocos días de descanso. Con un control atmosférico y tonal que resalta para un director con apenas un largometraje previo detrás de la cámara, Tiempo compartido está llena de influencias que nos recuerdan a las alucinantes pesadillas de David Lynch, además de poseer un sentido del humor que raya en el absurdo por la irracionalidad a la que sus person

Quizá haya que culpar a Harry Potter y a Katniss Everdeen de ser los primeros, pero desde entonces la fórmula hollywoodense de llevar cualquier éxito literario juvenil a la gran pantalla ganó una creciente y merecida mala reputación. Siguiendo esta tradición llega Mentes poderosas, adaptación de la novela homónima de Alexandra Bracken que forma parte de una hexalogía, en la que se plantea un escenario futurista y distópico donde ser joven es motivo de castigo. La historia comienza cuando el 98% de la población de niños muere por una extraña enfermedad y los sobrevivientes desarrollaron extraños poderes sobrenaturales. Como consecuencia, los persiguen y privan de su libertad y son enviados a campos de concentración en donde son clasificados por color de acuerdo a sus poderes y rangos de peligrosidad; verdes, súper inteligencia; azules, telequinesis; amarillos, electricidad; rojos, fuego; y naranjas, poderes mentales —los más peligrosos—. Es en uno de estos campos que Ruby —Amandla Stenberg— descubre que pertenece a la categoría naranja y que la única forma de escapar a un fatídico destino es fugarse, por lo que sus poderes psíquicos serán de gran utilidad. Durante su huida conoce a Zu —Miya Cech—, Chubs —Skylar Brooks— y Liam —Harris Dickinson—, un grupo de chicos a los que rápidamente se une para buscar un mundo utópico en el que no son perseguidos. Pero, como el planteamiento lo deja claro, el mundo adulto es el enemigo a sortear. Mentes poderosas logra hacer evidente un men

Dirigida por Daniel Castro Zimbrón, la película Las tinieblas (2017) no requiere de demasiados elementos para ser clara en su objetivo y, hasta donde sus limitantes de producción se lo permiten, sacudir al espectador desde lo temático hasta lo visceral. La historia de un mundo postapocalíptico, en el que los automóviles son sólo un recuerdo convertido en chatarra, no se reduce a generar angustia a través de su básica premisa; sino que lleva sus ambiciones más allá de lo meramente argumental, tocando temas universales a partir de una fachada misteriosa e inquietante. Un monstruo acecha afuera de la casa de esta familia y el padre (el intenso Brontis Jodorowsky) les prohíbe a sus hijos más pequeños abandonar la cabaña. Pero cuando después de una tarde de caza desaparece el mayor de ellos (Fernando Álvarez Rebeil), los más jóvenes deciden retirar la confianza de su padre, cuestionando sus decisiones al grado de sospechar que todo lo que les ha dicho no es nada más que una invención para mantenerlos bajo su yugo. La exploración de la natural emancipación adolescente y el cuestionamiento a las figuras de autoridad se hace presente y rebasa incluso el planteamiento del filme, convirtiendo éste en un mero telón de fondo. Aunque Castro Zimbrón es claro en el desarrollo temático, también es necesario mencionar que la ambientación lograda gracias a un espléndido trabajo de diseño de producción y fotografía ayuda a esclarecer la latente alegoría de la película. “Sólo el hecho de estar e