Para mí, la felicidad se parece bastante a una rica comida con gente que quiero. O una charla con un buen vino. O que se me pase la tarde entera leyendo un libro. Siempre estoy ávida de planes nuevos y de historias que vale la pena conocer. Soy fan de muchas ciudades en el mundo. Pero, sin dudas, Buenos Aires me sigue enamorando.