América
Cuidar a un familiar en sus últimos años de vida es una experiencia profundamente desafiante. Sus exigencias físicas se ven agravadas por una extraña intensidad emocional que extrañamente se disloca. El amor brota, las emociones aumentan y la ansiedad es un compañero constante. De alguna manera, América, es una rebanada de realismo documental que lleva el nombre de una abuela mexicana de 93 años en su corazón, y captura todos esos picos y depresiones en 70 minutos.
Filmada durante tres años, dirigiendo al dúo Erick Stoll y Chase Whiteside, es un retrato poético pero no romántico de América, a quien cuidan sus nietos Rodrigo, Bruno y Diego, luego de que su hijo es encarcelado por supuesta negligencia. Los vemos haciendo todo lo posible por cuidarla, ayudándola a bañarse, animándola a caminar, incluso ayudándola a ir al baño. El optimismo vertiginoso de Diego contrasta con el dolor silencioso en el rostro de Rodrigo, destacando el impacto psicológico que este trabajo tiene en los cuidadores.
La burocracia hacen su labor aún más difícil ya que solo le importa si se está descuidando a América, mientras que no ofrece un apoyo tangible. Este aspecto de la película podría haberse convertido en polémica, pero los codirectores, en cambio, se enfocan en el bienestar emocional de la familia. Un momento particularmente desgarrador hacia el final muestra una discusión entre Diego y Bruno, mientras la pareja sucumbe ante la presión sobre sus hombros.
Esta es una película bellamente de ojos