Café Curado
Una pareja de norteños –Baja California y Tamaulipas– se aventuró a probar suerte a la CDMX, y es así como nació el concepto; “curado”, una palabra usada en sus rumbos para referirse a algo que es bueno o divertido. Esto se traduce en un pequeño local en la Roma con barra de café y algunas mesas en el exterior con tablas de ajedrez, para que acompañes una bebida con un elegante juego de mesa y destreza.
El menú abarca café, tés, tisanas, bebidas e infusiones en frío; como la velvet soda de maracuyá y el royal tonic; cervezas artesanales como Bocanegra y Cucapá, para que las corees con algún postre, croissant, galletas o un deleitoso desayuno de burritos.
Aunque era de mañana, no me resistí a un cold brew con café de Finca del Estribo (Veracruz), era de acidez media, dulzor elevado y notas predominantemente frutales, lo sirvieron en frío, con leche y mucha cafeína. Esta bebida fue la escolta de unos chilaquiles en salsa roja con crema y queso de cabra con ceniza. Es un platillo que, aunque típico y convencional, logró una gran intensidad de sabor e hizo la diferencia con su combinación de ingredientes.
El postre también llega en el desayuno y qué mejor si lleva café. Ese día contaban con helado de clavo hecho en casa, le pusieron una doble medida de expreso y obtuvimos un affogato, intenso y aromático en el café, aunque demasiado sutil en cuanto a la especia.
Para terminar, pedí un tradicional carajillo con ralladura de naranja, resaltó el ca