1. RH Don Carlos & Spa
Contemplar Peñíscola desde la azotea de un hotel está bien. Muy bien. Ahora, hacerlo con la sensación de flotar en el aire, nadando a 30 metros sobre el suelo, le suma un plus de exclusividad y de adrenalina a la experiencia con el que uno no contaba. En el hotel RH Don Carlos & Spa, esto es posible gracias a una piscina de vidrio que sobresale de la sexta planta del edificio. Sí, lo sabemos, un baño aquí no es apto para personas con vértigo. Si es tu caso, no te preocupes: no necesitarás asomarte al “abismo” para disfrutar de algo tan placentero como, por ejemplo, el hidromasaje.