Vox Lux: el precio de la fama

Convocando a la voz de un narrador más cínico (bastante cínico), Willem Dafoe nos guía a lo largo de los contornos principales de la carrera de Celeste, como un cometa ficticio en el centro de la intrigante y nerviosamente millennial, Vox Lux: el precio de la fama. 

Nos enteramos de que Celeste era una "mujer de negocios inteligente", ese distintivo de celebridad Kardashian, pero "al menos ella escribió sus propias letras". El guionista y director Brady Corbet sabe lo suficiente sobre periodismo musical para llamar la atención sobre estos clichés, pero no siempre lo suficiente para evitarlos. Sus dos actrices centrales, Raffey Cassidy como la delicada adolescente Celeste y Natalie Portman como su variante madura, sombrean el rol potencialmente vergonzoso con soltura y astucia, pero sus esfuerzos no suman más que una curiosidad chismosa. No es una película superficial, pero tampoco es profunda.

Si perdonas otro cliché de escritura pop, aquí hay muchos éxitos, pero no los suficientes  para un álbum de larga duración. A pesar de que la primera mitad de Vox Lux: el precio de la fama nos hace esperar a que aparezca Portman, es la más convincente de las dos partes, ya que la frágil estudiante de secundaria, Cassidy sobrevive a un tiroteo parecido a Columbine (brutalmente filmado) y se convierte en un símbolo nacional de resistencia en el proceso. 

En privado, ella también es una especie de acosadora. Esta cinta podría haber usado más momentos en los que los extraños se enamoran de las canciones de Celeste o que expliquen su mayor distanciamiento. En lugar de eso, toman fotos siniestras del World Trade Center (tanto antes como después del 9/11) y reflexionamos sobre la vaga implicación de que Celeste montó esas ansiedades globales a la fama y la fortuna.

Portman explota en la película: Ella es una bola de pintura, mucho más dura que Madonna o Katy Perry. Hay un magnetismo de choque de trenes al ver a Celeste lanzarse a una discusión con el dueño de un restaurante, con la humildad de sus primeros años. 

Quienes la rodean, Jude Law y Jennifer Ehle, interpretando a su manager y publicista, respectivamente, también han pasado de ser una figura de padres gentiles a explotadores de sus peores impulsos.

Escena tras escena, la película construye su trama a partir de tangentes sobre superproductores y entrevistadores suecos, pero cuando la cantante se ve acosada por la noticia de un acto de terrorismo, inspirado en uno de sus videos, la película se retira rápidamente a un concierto (las canciones originales de Sia son basura) y termina. El poseur en su corazón es demasiado complejo para que Corbet lo maneje, pero lo admiras por soñarla.