Una policía torpe, encarnada por Alice Pol, desactiva una célula yihadista haciéndose pasar por una repartidora de pizzas. De entrada, sorprende que la comedia popular francesa se refiera directamente a las actividades estratégicas y el clima de paranoia en que vive el Hexágono después de los ataques de los últimos años.
Pero al final del film se incluye una nota de agradecimiento a las personas que velan por la seguridad del país, dejando claro que nos encontramos ante un producto que emplea el humor para reforzar una imagen favorable de las fuerzas del orden.
En realidad, el única tirón de orejas que se permite el nuevo film de Dany Boon es el de la igualdad de género, presentándonos las dificultades de la protagonista para ser aceptada en un entorno con tanta testosterona como es la RAID, la unidad francesa de fuerzas especiales.