Tusk

'Tusk' tiene la apariencia de un film imposible. Su origen se encuentra en el 'podcast' que conduce Kevin Smith, y que permite al director envolverse en multitud de anécdotas por el puro placer de charlar. El caso de un hombre convertido en morsa humana por un demente es recordado como uno de los puntos álgidos del programa, y ha acabado tomando la forma de una película absurda, entre el horror físico y el humor grosero, que glorifica la retórica con la que Michael Parks, el protagonista, construye su personaje. Smith paladea los placeres de contar un cuento oscuro, pero no tarda en convertir la irregularidad en la razón de ser de la película. Este desequilibrio tonal niega la maestría del narrador. Es un cineasta ingenioso que tiene la destreza de conducir sus digresiones hacia lo imprevisible.