Los personajes menos conocidos suelen funcionar bien en las pelis de Marvel, ya que dan más margen de juego y la oportunidad de reescribir la historia sin molestar a los fans. Por ejemplo, 'Ant-Man' y 'Guardianes de la Galaxia' convirtieron la baja expectativa en una gran diversión. Lo mismo ocurre con Shang-Chi, un capricho de artes marciales que nos presenta un personaje de cómic tan oscuro que ni el director ni la estrella del film habían oído hablar. Sean (Simu Liu) lleva una vida normal en San Francisco, hasta que una pelea espectacular revela que es un luchador sorprendente con un pasado muy misterioso.
La lucha del bus y una secuencia sobre unos andamios en el exterior de un rascacielos son dos de las mejores peleas de cualquier filme de Marvel. Y de hecho, durante la primera hora, parece que podría haber sido una de sus mejores películas. Lástima que el potencial se aleja en una segunda mitad todavía muy entretenida pero menos inspirada