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De todos los animes que Japón exportó a decenas de países en los setenta y ochenta, seguro uno de los que más recuerdas es Rémi (1977). Basada en la novela homónima de de Hector Malot (Rémi sans famille/ Rémi sin familia), aquella serie animada enmarcó un montón de escenas dramáticas que forjaron la sensibilidad de millones. Por eso, el estreno de un live action causa tanta expectativa y conmoción.
Rémi: una vida extraordinaria, de Antoine Blossier, retoma los momentos más importantes de la historia original para contarte en menos de dos horas las constantes tragedias de su pequeño protagonista. Rémi, a sus 10 años de edad, descubre que nunca ha conocido a sus padres biológicos; que su padre adoptivo quiere deshacerse de él “porque es mucho gasto” y debe soportar que éste lo venda al señor Vitalis, un artista callejero que se acompaña de un perro (Capi) y un mono (Corazón Bonito, a.k.a. Corazón Alegre). Y pues sí, eso es apenas el principio.
En el intento de resumir la odisea de Rémi al lado del señor Vitalis, Blossier deja bastantes cabos sueltos en su narrativa y descuida algunos aspectos vitales en la dirección de actores —especialmente la de Maleaume Paquin, como el personaje central—; en consecuencia, hay momentos que en lugar de causarte emoción, terminan por provocarte risas involuntarias.
Por fortuna, no todo está perdido en el filme. La recreación de los paisajes, vestuarios y de escenas clásicas del anime es tan idéntica, que seguro sufrirás del “ojo Rémi” —ahora sí aplica— tan solo de ver cuando el pequeño héroe se hace de sus prendas artísticas o al instante en que Corazón Alegre se pone su sombrero rojo —ya voy a llorar de nuevo—.
Las referencias a las que recurre esta producción tienen una naturaleza inherentemente emotiva, así que sí prepara el pañuelo. Sin embargo, y aunque el experimentado actor Daniel Auteuil pone todo al asador, no esperes una adaptación para tener en tu recuerdo. Definitivamente nos quedamos con los enormes y expresivos ojos del anime setentero.