¡Qué guapa soy!

De entre todas las actrices cómicas del Hollywood actual, Amy Schumer es la más predispuesta a trabajar con su cuerpo. Consciente de tener un físico que no encaja con los cánones, Schumer construye todo un discurso humorístico a partir de ello. Es un ejemplo '¡Qué guapa soy!', donde encarna a Renée, una chica acomplejada que, tras darse un golpe en la cabeza, cree haberse convertido en una mujer de bandera, y adquiere una seguridad abrumadora. Así, Schumer se coloca en contextos de donde estaría excluida según los estereotipos, redefiniendo lo que entendemos por sensualidad. Ahora bien, es una pena que los gags que dispara el film queden muy por debajo de la protagonista, y también que el discurso se vaya modulando hasta equipararse, literalmente, a la retórica motivacional de una clase de gimnasio.