Como todor evival, la resurrección de los 80 es una cuestión demográfica. Si los libros de terror con acné de R.L.Stine, e lStephen King para adolescentes, corren por el mundo desde aquella década, ¿por qué no hacer ahora un compendio que mezcle 'Gremlins', 'Los Goonies' y' Una pandilla alucinante' para atraer a padres en la cuarentena e hijos enfermos de nostalgia precoz?
Es una buena idea que el mismo autor sea protagonista de esta pesadilla panorámica en clave metaficcional, como loe s convertir la literatura en representación literal de la caja de Pandora, pero, como de costumbre en estos tiempos digitales, la película –que apunta sus conexiones (la feria abandonada en pleno bosque, completamente desaprovechada) con la mejor poética burtoniana– muere prematuramente debido al síndrome de déficit de atención. Demasiados monstruos y poca trama que morder.