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¿Estás pensando en eliminar tu cuenta de Facebook? Nada es privado será una razón más para desconectarse: es un documental sobre el escándalo de Cambridge Analytica, en el que una consultora —de mala calidad— extrajo información sobre el comportamiento de millones de usuarios para crear propaganda política, a través de las redes sociales. Al reflexionar sobre los derechos de datos individuales y el lado siniestro de la conectividad generalizada, los codirectores Jehane Noujaim y Karim Amer inspeccionan diligentemente cómo nuestros gustos y acciones inocentes se convirtieron en los componentes básicos del Brexit o Trump.
Si bien carece de la intensidad emocional en comparación a su documental nominado al Oscar The Square (2013), Nada es privado invita a los espectadores a contemplar el poder y la irreversibilidad de su huella en línea. Entre los temas principales de la película se encuentran la exdirectora de Cambridge Analytica, Brittany Kaiser, y el profesor y activista de medios de Nueva York, David Carroll.
Ensamblado con la disciplina de un apasionante procedimiento político, Nada es privado se enriquece con varios jugadores adicionales; Carole Cadwalladr, la heroica periodista de investigación de The Guardian, acelera considerablemente el pulso de la película.
Visualmente, Nada es privado se asemeja a Minority Report (Steven Spielberg, 2002) de baja tecnología, concretando temas abstractos con un vórtice caleidoscópico de transmisión de datos, emoticones voladores y nubes de capturas de pantalla. Noujaim y Amer tocan brevemente esquemas comparativamente corruptos en diferentes partes del mundo, llegando lamentablemente tarde a la interferencia de Rusia en la democracia estadounidense. Aún así, conectan perfectamente los puntos de explotación de datos, dejándonos con una pregunta alarmantemente urgente: ¿Puede alguna elección futura ser libre y justa? Tal vez los estadounidenses lo descubran en 2020, o no.