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El principal problema de M. Night Shyamalan es que sigue tomándose a sí mismo en serio, como si ninguno de los patinazos que siguieron a 'El sexto sentido' hubiera tenido lugar. Este último thriller es el típico drama sombrío con acompañamiento de violonchelo sobre un psicópata superdotado. James McAvoy interpreta a Kevin, un individuo que tiene hasta 23 personalidades diferentes y –lo que resulta más preocupante todavía– a tres colegialas encerradas en un sótano.
Shyamalan incurre por enésima vez en todos los lugares comunes de su cine, incluyendo la tendencia a encarar todo el suspense hacia un cuadro de trauma infantil. Lo mejor de la película son los flashbacks, que nos hablan del pasado de una de las tres chicas cautivas. Menos lucidas son las interminables sesiones de terapia de McAvoy, con toda la recua de heterónimos -que incluye un diseñador de moda y una mujer religiosa-.
Cabe decir que 'Múltiple' no lleva al típico final con twist de Shyamalan, en el que de repente las piezas del rompecabezas encajan por primera vez. De hecho, ni siquiera tiene un final cerrado, sino una especie de coda abierta que suena de lo más pretenciosa.