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El cine ha retratado historias a favor y encontra de la religión y de los milagros. Sin embargo, cuando no se trata de una manera adecuada, fácilmente el resultado cae en lo doctrinal y panfletario. Es el caso de Milagros del cielo, la nueva cinta de Patricia Riggen (La misma luna).
Basada en el libro de Christy Beam y adaptada por Randy Brown, el filme cuenta el caso de Annabel Beam (Kylie Rogers), una niña que repentinamente sufre de una extraña enfermedad y tiene un futuro desalentador. Sus padres, fuertemente vinculada a la iglesia bautista, consulta varios médicos hasta que un día la niña es partícipe de un milagro.
No, el tema de esta cinta no es el tema o su falta de universalidad, sino en la manera en que se presenta: un guión plano, sin fuerza, con constantes guiños forzados hacia la religión y personajes que entran y salen de la historia sin algún sentido. Las consecuencias de esto se percibe en la falta de fluidez la cinta, de identificación con los personajes y un climax débil.
De esta deficiencia también es responsable el desempeño del elenco, pareciera que Riggen (también directora de Los 33) no pudo guiar la actuación de Jennifer Garner y Rogers, quienes ofrecen un trabajo poco natural, exagerado en muchas escenas y contenido en aquellos momentos que requerían de más fuerza. Por su parte, Eugenio Derbez interpreta el médico que atiende a la pequeña y se nota su esfuerzo por alejarse de sus roles cómicos.
Milagros del cielo hallará su público por el tema que aborda, mas no por ser un producto entretenido o de calidad.