Jake Szymanski, curtido dentro de la productora que fundaron Will Ferrell y Adam McKay y autor de más de 100 vídeos colgados en la web 'Funny or die', se había convertido en la promesa de un relevo dentro de la comedia americana más gamberra. Sin embargo, su ópera prima lo sitúa en el lugar de un aprendiz disciplinado de sus mentores, con muy poca chicha para invertir en la evolución del género.
La película, que bien podría considerarse como el 'Dos tontos muy tontos' de la era 'millennial', no es más que una batería de gags bastante estúpidos, dispuestos para ofrecer un canto a la estulticia a través de sus personajes. Ni siquiera el magnetismo indiscutible de las dos actrices, Anna Kendrick y Aubrey Plaza, hace que pasemos por alto tantos chistes desafortunados y, sobre todo, el humor misógino con que se acerca a las figuras femeninas.