[title]
Si los franceses hubieran podido hacer un cine patriota durante la Segunda Guerra Mundial, el resultado se parecería bastante a 'Mayo de 1940'. La ocupación les robó la oportunidad de ponerse medallas humanistas cuando tocaba. Resulta significativa, pues, el estreno de una película tan anacrónica, como si la Francia de François Hollande quisiera reivindicarse como luchadora secular contra el fascismo. Especulaciones políticas aparte, el exilio rural que vertebra la trama, con todas las derivaciones melodramáticas imaginables (niño huérfano incluido), nos hace recordar que quizás es desde el cine popular, enfocado con oficio y nervio -escena notable la del ataque aéreo-, que se ha de agitar la conciencia europea en materia de memoria histórica. Eso sí, la película es un poco demasiado maniquea, aunque esté protagonizada por un alemán que reniega de los nazis.