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Ana Bastide, una arquitecta que llega para trabajar en una obra iniciada en las afueras de su ciudad natal Tijuana, se enfrenta a la realidad de una ciudad en donde las diferencias de género están remarcadas por la violencia y la desigualdad laboral. Con su llegada, Ana se enfrenta a la sombras de su pasado que ha querido dejar atrás desde su infancia, su hermana murió cuando eran pequeñas.
En Tijuana, Ana conoce a Silvia, la inquilina que renta la casa en que Ana solía vivir, la cual se encuentra interesada en comprar dicho inmueble. Las circunstancias hacen que la protagonista entable una relación más profunda con ella hasta llegar a un encuentro profundo, más que sexual un tanto sublime.
El largometraje nos presenta imágenes casi oníricas que evocan el duelo que Ana está viviendo con su pasado y representa un fiel reflejo de las dificultades que una mujer puede enfrentar al trabajar en una ciudad como Tijuana. Los rasgos de la violencia, la desigualdad y las dificultades de pertenecer a la comunidad lésbica salen a relucir en los paisajes nocturnos. Aunque la película carece de diálogos concisos y muestra situaciones que no se esclarecen del todo, cuenta con una gran calidad en la fotografía (Ximena Amann) que nos muestra paisajes con una belleza única acercándonos a la melancolía que sufre Ana tras su introspección.
Los días más oscuros de nosotras (2017) es dirigida por Astrid Rondero y tiene como protagonistas a Sophie Alexander-Kats en el papel de Ana y a Florencia Ríos en el papel de Silvia. Tuvo su primera presentación en el festival Internacional de Cine de los Cabos, en donde resultó ganadora del Gabriel Figueroa Film Fund. Además, fue parte de la selección oficial del premio Maguey, el galardón del séptimo arte que premia historias LGBT acompañadas de una sexualidad abierta y diversa, en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara 2018.