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A la ya larga lista de secuelas innecesarias que se han hecho en exceso durante los últimos años, ahora podemos agregar este título que continúa con la historia mostrada hace tres años en Olimpo bajo fuego (Olympus Has Fallen), de Antoine Fuqua, la cual se centra en un agente retirado del Servicio Secreto estadounidense que decide saldar una vieja deuda al ayudar al presidente de Estados Unidos durante un ataque a la Casa Blanca.
Lamentablemente para el director en turno, Babak Najafi, la fórmula que funcionó bien en el 2013 ya no resulta efectiva. Al ver la cinta, ésta se siente más como una historia reciclada que cuenta con prácticamente todos los clichés del género de acción, incluso con una trama muy similar a otras. En medio de persecuciones, accidentes aparatosos, explosiones, tiroteos y algunas peleas cuerpo a cuerpo, un hombre está dispuesto a arriesgarlo todo para cumplir con su deber… ¿verdad que esto sí suena como algo que ya han visto?
En Londres bajo fuego (London Has Fallen), el funeral del Primer Ministro británico funciona como pretexto para reunir a los líderes políticos más poderosos del mundo en un solo lugar, es así como Londres se convierte en el blanco de un grupo criminal que ve en el encuentro la oportunidad de eliminar a varios personajes de la política a nivel mundial. Las consecuencias son catastróficas y el ataque toma por sorpresa a todos, a excepción –claro- del héroe de la película.
La cinta captura la atención del espectador durante su primera parte, pero después se vuelve predecible; eso sí, queda bien claro que no hay que ponerse al tú por tú con Gerard Butler porque uno siempre va a perder ante él, después de todo se trata del mismísimo Rey Leónidas de Esparta (300).