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Con los brazos tatuados y pelo facial abundante bajo el mentón, Óscar recorre una autopista a bordo de su motocicleta modificada. Con mirada gentil pero decidida, Consuelo camina con la frente en alto por las calles de Monterrey. Luciendo un sombrero vaquero, Henry pide unos tacos en perfecto español mientras discute la influencia de la cultura mexicana en Texas. Uno de estos personajes es un traficante con un largo historial, otro es agente de Seguridad Nacional de EEUU y el tercero se ha plantado ante las autoridades para exigir justicia. ¿A quién de ellos corresponde cada descripción?
“Nadie es lo que parece”, advierte el tráiler de Lo que reina en las sombras, la más reciente producción del documentalista mexicoamericano Bernardo Ruiz (Reportero, 2012). Esta cinta se distingue de otros largometrajes que tratan el tema del narcotráfico por su perspectiva humana: Ruiz concentra sus esfuerzos en el impacto que este fenómeno ha tenido no sólo en las víctimas o los victimarios sino en aquellos encargados de combatirlo, es antes que nada una película sobre personas.
Visualmente ágil –prescinde de tomas demasiado elaboradas y se concentra en el mensaje que busca transmitir– y bien documentada, esta cinta que tuvo su estreno en el festival South by Southwest 2015, ofrece acceso sin precedentes al interior de distintas corporaciones de seguridad, desde la Fuerza Civil de Nuevo León hasta el Departamento de Seguridad Nacional de EEUU, y aporta valiosos testimonios de expertos en derechos humanos y desapariciones.
Lo que reina en las sombras permite poner en contexto el tema del tráfico de drogas, un fenómeno que ha cambiado para siempre el panorama en ambos lados de la frontera más transitada del mundo.