Llueven vacas

Es una auténtica pena que una película hecha con tan buenas intenciones, tal vez por la necesidad de ser diferente, resulte tan fallida. El debutante Fran Arráez organiza un curioso experimento a medio camino entre la teatralidad y la poesía a la hora de acercarse al maltrato emocional que sufre la mujer sometida al yugo de la tiranía masculina. Un puñado de actores y actrices interpretan a los mismos personajes en diferentes momentos vitales, pero el mecanismo resulta demasiado forzado y el texto dramático se encuentra lleno de clichés. Se valora el esfuerzo, eso sí, a la hora de subrayar el mensaje feminista de la propuesta y la involucración de actores de primera fila en el proyecto. Pero la película queda como un ensayo amateur, y poco más.