A la mitad de esta película agradable en su evolución, inofensiva en su trasfondo, os parecerá increíble que esté dirigida por Mike Newell, el hombre que se infiltró en la mafia neoyorquina de los 70 en 'Donnie Brasco', el que no tuvo miedo de teñir de luto una comedia romántica como 'Cuatro bodas y un funeral'. En 'La Sociedad Literaria y el Pastel de Piel de Patata' adapta el 'best seller' homónimo, ambientado en la isla de Guernsey durante la ocupación alemana, de lo que resulta su film más amable hasta la fecha.
Si estáis buscando un relato visceral en que Tom Courtenay le aplaste el cráneo a un nazi con un martillo, os defraudará. Este título, tan largo y surrealista, hace referencia a un club de lectura inventado por un grupo de amigos cuando son detenidos por unos soldados una noche, después del toque de queda, que se han encontrado clandestinamente para comerse un cerdo asado. Lo que comienza como una farsa pronto se convierte en una asociación real.
La acción se sitúa unos años más tarde, cuando una escritora a quien interpreta Lily James llega a Guernsey después de la liberación, para pasar una tarde en este club bibliófilo que en la distancia le parece tan entrañable. Pronto descubrirá que sus miembros guardan algunos recuerdos dolorosos de la guerra. Sin embargo, aquí no hay materia oscura ni trauma ni rencor. Tan solo un relato buenista y complaciente.