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Octavia Spencer ('Figuras Ocultas') ya ha demostrado ser una fuerza divina en el cine americano. ¿Por qué, entonces, aceptó hacer de Dios en este drama manipulador basado en la fe cristiana?
Adaptada del bestseller cristiano de Willian P. Young, 'La Cabaña' son 2 h y 13 minutos de explotación moral. La película sigue a Mack Phillips (el actor de 'Avatar' Sam Worthington), un amante de la naturaleza que disfruta yendo a la iglesia y está felizmente casado con Nan (Radha Mitchell), una mujer buena e inocente con quien tiene tres hijos. Pero, después de una tragedia que pone fin a la vida de su hija más pequeña, Mack cae en una depresión y sufre una profunda crisis de fe. En medio de esta crisis aparece una nota misteriosa en su buzón, invitándolo a una cabaña relacionada con el asesinato de su hija.
Lo que le espera ahí es una Santísima Trinidad poco convencional que tiene la tarea de traer paz interior al protagonista. Spencer es Dios, o 'Papa', que era como su hija llamaba al Todopoderoso. A ella se une Jesús (Avraham Aviv Alush) y Sarayu, el Espíritu Santo (Sumire Matsubara). De aquí en adelante, las cosas van tal como te esperarías. Mack pasa los días caminando sobre el agua de la mano de Jesucristo, quedando con santos en jardines exuberantes y disfrutando de cenas familiares con invitados sobrenaturales. Cómo decía Belinda Carlisle, el cielo es realmente un lugar en la tierra.
Para ser un film cristiano que intenta promover la sanació y el perdón a través de la espiritualidad, 'La Cabaña' es casi imperdonablemente triste y visualmente insípida - a pesar de que los encantos irresistibles de Spencer hacen la experiencia algo más soportable. En el fondo, lo que pretende la película es hacer tambalear las eternas preguntas religiosas: si hay un Dios, por qué hay tanto sufrimiento? No esperes quedar deslumbrado.