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“You better watch out. You better not cry. You better not pout I’m telling you why. Santa Claus is comming to town”
Filas enormes en los supermercados, gente arrebatándose productos innecesarios, riñas absurdas y personas doblecara… Porque no todo en Navidad es armonía y paz, hay (pocas) películas que se atreven a retratarlo y burlarse de dichas situaciones, como lo hará esta temporada Krampus: El terror de la Navidad.
Basada en una leyenda de los Alpes, la película de Michael Dougherty muestra al némesis de San Nicolás, Krampus, un tipo que llega en la época decembrina pero “no para dar, sino para quitar; no para premiar, sino para castigar”, según explica la misma cinta.
Desde los primeros momentos se nota la crisis familiar de los Engel, la cual detecta sólo el menor de los integrantes, Max, y la abuela europea, Omi. Pocos días antes de Navidad, a la casa arriban los familiares incómodos y con ellos las ganas de eliminar todo espíritu festivo y perder la fe. Atendiendo a ese deseo, Krampus aparece y empieza a castigar a uno por uno.
El nuevo personaje propicia el cambio de tono de la película: empiezan los momentos de horror y los clichés del género… ¡pero para darles —ocasionalmente— la vuelta! Además, Dougherty no escatima en la maldad que da a sus antagonistas y, aunque en momentos parece exagerado e injustificado, es fácil soltar las carcajadas.
No, no creemos que esto el culto de cintas como Gremlins (Joe Dante, 1984). Si no llega a ese punto es por tener un ritmo inconstante y parecer, por momentos, una combinación extraña de otros filmes navideños, desde Mi pobre angelito hasta Christmas Vacation.