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La última incursión de Wes Anderson en el mundo de las criaturas en stop-motion es una bestia compleja, inclasificable, a años luz de la amable historia de zorros de 'Fantástico sr. Fox'. Situada en un futuro próximo, en Japón, es un cuento distópico, a veces divertido, en el que un grupo de jóvenes se enfrenta a un establishment corrupto, y a un alcalde que ha desterrado a los perros de la ciudad de Megasaki después de un brote de gripe canina, y los ha relegado a una isla inhóspita que se llama Trash Island. Allí se encuentran abandonados a su suerte, entre montañas de desechos.
La historia comienza cuando un niño japonés de 12 años, Atari, aterriza con un pequeño avión en esta isla con la intención de encontrar a su desaparecido amigo canino Spots. Y por eso pide ayuda a una manada de perros que lo acompañan en esta travesía llena de peligros. Lo que mejor hace 'Isla de perros' es representar el vínculo entre el niño y el perro, con un enfoque extrañamente conmovedor.
Con un ritmo veloz hasta el límite, la película se detiene lo suficiente para reflexionar sobre el contrato emocional entre el maestro y la mascota. Las voces de los perros las pone un elenco típico del director (Edward Norton, Bill Murray, Jeff Goldblum ...), a los que se suma Bryan Cranston.