El inquietante nuevo título de Joel Edgerton funciona bien como la prisión que es. La acción transcurre en Love in Action, un centro de raíz cristiana donde se ofrece terapia no científica para convertir jóvenes gays. El film se basa en las memorias de Garrard Conley y su relato de la vergüenza a que le sometía el instructor (aquí lo interpreta Edgerton), la exigencia física y mental y el fomento del odio para canalizar los impulsos incomprendidos.
No es un buen lugar para Jared (Lucas Hedges), un nano ejemplar a pesar de sufrir "el vacío de Dios", según dice el manual del centro. Edgerton se fija en el desconcierto y la incapacidad de sus padres, los devotos bautistas Nicole Kidman y Russell Crowe, y señala que el cambio pasa por ellos. Discursos como el de Cherry Jones, en el papel de doctora, llenan el film de honestidad.