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Parece que los vampiros no pasan ni pasarán de moda pronto. La saga de animación sobre la familia de vampiros regresa a las salas, ahora en otro escenario: un crucero que la conducirá a descubrir los confines de la Atlántida, aquella ciudad gloriosa perdida en el océano; pero algo más trascendental para cualquier ser humano, el amor.
Hotel Transylvania 3: monstruos de vacaciones está situada años después de la segunda entrega con una Mavis enamorada del pelirrojo dj expedicionario Jonathan acompañados de su hijo Dennis. Mientras el Conde Drácula es más exitoso, pero también está más solo, hasta que sus amigos Griffin “el hombre invisible”, Wayne “el hombre lobo” y Murray “la momia” —influencia directa de los cuentos clásicos del terror— le comentan que es tiempo de enamorarse nuevamente y hacer clic. Por lo que Mavis embarca a toda la familia en el lujoso Crucero Monster, donde el pálido hombre se enamora de la capitana del buque, Ericka, sin conocer bien los trasfondos de esta joven mujer.
La tercera parte, dirigida nuevamente por Genndy Tartakovsky —el genio detrás de El laboratorio de Dexter, Samurai Jack y Star Wars: Guerras Clónicas—, dista mucho de sus predecesoras. El ritmo de la trama y la historia se vuelven torpes después de la mitad de la película lo que genera una sensación de vacío argumental subyugado por chistes innecesarios y repetitivos que ni al más pequeño de la casa le dará risa. Igualmente, el amor entre Ericka y el Conde está unido por pretensiones claras, pero poco profundas para ahondar en la verdadera conexión, ese flechazo de amor que tanto mencionan, pero que jamás se siente en la pareja animada.
Este desangelado filme cuenta con el doblaje en español de personalidades de televisión como Violeta Isfel, Cristóbal Orellana, Mauricio Castillo, Mimí, Ignacio López Tarso, Galilea Montijo, Mauricio Barcelata y Pedro Sola, quienes pese a la buena intención a veces constatan la falta de experiencia y la sobreactuación producto de una mala dirección de doblaje.
Pese a que la trama estuvo inspirada en un viaje familiar de Tartakovsky, tal vez sea momento de darle unos años sabáticos a la saga y refrescarse con nuevas historias infantiles. ¡Larga vida a los vampiros y a las animaciones valiosas que bien merecido lo tienen!