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Las mujeres de Los Ángeles no tienen un mejor avatar que Julianne Moore: film tras film, convierte su complejidad en un regalo a la ciudad. Gloria hace doce años que está divorciada y parece conforme con la situación. Le encanta salir a bailar, y es en las noches de discotecas donde Moore brilla en su actuación y da a cada canción un repunte emocional y un renacimiento.
El director chileno Sebastián Lelio, ganador del Óscar por 'Una mujer fantástica', ha estado aquí antes, literalmente: 'Gloria', su película de 2013, fue la primera edición de este material, que ahora se rehace con un reparto principalmente norteamericano y gran parte de la misma gramática visual. Pensad en ello como una obra de teatro o una canción pop. Lelio quiere explorar la figura de la mujer urbana moderna y su compromiso con la causa es casi heroico.
El nuevo reparto es mejor. No solo existe la exquisita Moore, sino también Michael Cera y Caren Pistorius como niños grandes de Gloria –todos luchando con decepciones personales– y un estelar John Turturro como Arnold. Es el nuevo hombre en la vida de Gloria, otro divorciado que la hiere repetidamente con su falta de disponibilidad. Incluso durante sus giros más previsibles, 'Gloria Bell' es una película madura que no recurre a la grosería cómica. Incluye desnudos, pero el sexo nunca es vulgar. Moore lo hace ir todo como el clásico remix de club que es.