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Ang Lee nunca ha rehuido los retos tecnológicos. En 'La vida de Pi' creó un tigre fotorealista en 3D y en 'Géminis' ha usado la tecnología antienvejecimiento para crear un convincente Will Smith 30 años más joven. Y vuelve a rodar en 4K y a 120 fps. Hay que tener coraje para presentar secuencias llenas de efectos visuales en una definición tan alta: es más difícil ocultar las costuras. Una película de acción y espionaje debería ser exótica y excitante, pero la alta resolución despoja 'Géminis' del glamour y la fantasía. Claro que siempre podéis verla en su versión normal. Os herirá menos los ojos, pero seréis conscientes de la falta de sorpresas del guion y de la poca gracia de Clive Owen como malvado. Aún peor, la peli acaba con una nota de sentimentalismo insoportable.