[title]
Las historias de amor nunca son lineales. Siempre hay fantasmas del pasado o promesas de un futuro incierto que hacen interferencias. Tras un título crepuscular, se esconde un relato insólito, que habla de dos hombres perdidos en el tiempo, de una vida que se replica en un calidoscopio de figuras infinitas, de dos cuerpos que se encuentran y desean en diferentes frecuencias. El argentino Juan Barberini y el catalán Ramon Pujol, a quien recordaréis como uno de los protagonistas de 'Smiley' de Guillem Clua, se conocen en una Barcelona en la que ambos son visitantes. Echan un polvo, sudan las sábanas, se abrazan, se lamen y se corren. Y luego, como si una grieta se abriera en la memoria, ambos caen en una especie de abismo cuántico, igual que dos espectros que hacen ir atrás las agujas de un reloj, para reencontrarse en una juventud en la que las emociones se viven por primera vez y el sexo es lento, inexperto. De repente, las páginas del calendario se mezclan y nos sentimos desorientados, atrapados en la condena de la insoportable levedad del ser.