Si un enfermo de Alzheimer y una enferma de cáncer terminal, casados desde hace medio siglo, se van de vacaciones en una caravana destartalada para cruzar Estados Unidos en plena campaña presidencial, hay que añadir que su viaje, rebozado de uis y ais, miradas nostálgicas y algún arrebato de comedia familiar, ¿querrá ser una reflexión sobre la vida en común, las oportunidades perdidas y la reconciliación con la muerte?
Le estamos haciendo un favor a 'El viaje de sus vidas' buscándole aspiraciones tan elevadas, porque el resultado final es una 'road movie' ramplona y previsible que encontraría su espacio ideal en el 'prime time' de una televisión local, y que no pueden salvar ni el talento de dos veteranos como Helen Mirren y Donald Sutherland.