El rey del erotismo

Quizás su nombre te parezca completamente desconocido, pero si fuiste adolescente entre las décadas de los setentas y noventas, podrías tener un par de recuerdos sudorosos de sus revistas –Men Only, Escort y Mayfair–. Él es Paul Raymond, el sujeto que, en 1958, abrió el primer strip club de Inglaterra, hizo una fortuna con sus revistas eróticas y propiedades en Soho. En esta biopic cómica dirigida por Michael Winterbottom, Steve Coogan interpreta a Raymond –fallecido en 2008– y lo retrata como un tipo arrogante, ingenuo, narcisista, un poco pretencioso e irresistible.

El guión de Matt Geenhalgh (Control, Nowhere Boy) abarca un periodo largo –demasiado largo en realidad– que abarca desde 1950 hasta principios de los noventa. Nos encontramos con Raymond en el Soho de los cincuenta, mientras rompe los límites del buen gusto y la decencia con sus bailarinas exóticas y sus clubes nocturnos. Los encabezados de los diarios lo aman, hasta su esposa se hace de la vista gorda e ignora su mal comportamiento. Sin embargo, cuando ella decide ponerle un alto, Raymond hace que su hija adolescente, Debbie (Imogen Poots) se haga cargo de su imperio. La historia detrás de este personaje es la del rápido, duro y sucio crecimiento de la industria porno.

Winterbottom y el fotógrafo de cine Hubert Taczanowski, evocan la apariencia y esencia de Londres a través de las décadas. Aún así, la cinta tiene algo que resulta demasiado familiar, es decir, carece de originalidad.