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Director de un notable documental, 'I am not your negro', Raoul Peck se enfrenta ahora a la figura de Karl Marx sin que le tiemble el pulso. Era complicado, sobre todo por la mítica y los tabúes que rodean al personaje, pero 'El joven Karl Marx' consigue rigor y ligereza mediante dos estrategias complementarias. De una parte, evita cualquier tentación de hacer un film de época convencional, aborda la vida de Marx y su relación con Friedrich Engels –desde los primeros tiempos en Alemania hasta la publicación del Manifiesto Comunista– transmitiendo una cálida proximidad. De otra, aborda este microcosmos como si se tratara de un grupo de amigos y sus amores, su vida cotidiana, etc. En los mejores momentos, estamos ante un filme sobre la juventud y su carácter efímero, con un final más melancólico que triunfal. En los peores, Peck no puede evitar una cierta pedagogía política que a menudo desemboca en pomposidad. Sea como sea, sin embargo, se trata de una propuesta original y sorprendente.