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Enrique Metinides encontró su vocación muy temprano. Era apenas un niño de primaria cuando el destino –operando a través de su padre– le obsequió una cámara. Mientras otros niños perseguían una pelota, Enrique pasaba las tardes retratando accidentes automovilísticos. Esta extraña afición le abrió las puertas de la que sería su profesión: el periodismo gráfico.
Sin quererlo, aquel niño curioso se convirtió en cronista de la vida de la capital. La historia de la Ciudad de México, incluyendo sus desastres y tragedias –y con ellas la solidaridad que caracteriza a su gente–, está plasmada en las miles de imágenes que Metinides capturó a lo largo de 40 años de trabajo como fotógrafo de nota roja.
Con esta cinta que formó parte de la Sección Oficial del Festival de Cine de Morelia 2015, la directora británica Trisha Ziff (La maleta mexicana, 2011) hace un acercamiento a una profesión que pocas veces recibe difusión, una notable excepción es la ficción Primicia mortal (2014) del director Dan Gilroy, quien aparece en El hombre que vio demasiado.
A lo largo de 90 minutos, Ziff rescata lo más representativo del trabajo de Metinides, al tiempo que plantea varias interrogantes sobre la importancia del periodismo de nota roja: ¿Qué pesa más, la libertad de expresión e información o la privacidad de los retratados?, ¿por qué nos atraen tanto las imágenes violentas?
La cinta no ofrece respuestas definitivas, pero invita a la reflexión y sirve como un merecido homenaje a la trayectoria de un hombre que se convirtió en una institución del periodismo en México y cuyo trabajo ha sido expuesto alrededor del mundo.