El destino de Júpiter

Los Wachowski no hacen las cosas a medias, esto no se puede negar. Hace dos años fue la mezcla de ciencia-ficción, distopía y canibalismo que nos ofrecieron en 'El atlas de las nubes', y ahora doblan la apuesta, con una ópera espacial furiosa, que camina entre los elementos mesiánicos de 'Matrix', la intensidad visual de 'Space racer' y una estética con aromas afrutados digna de 'Flash Gordon', 'Dune' o 'Barbarella'. La ves y te preguntas: ¿qué cojones es esto? Para un director normal, una película como 'El destino de Júpiter' habría podido llevar a la destrucción, al fin de su carrera. Pero para los Wachowski nunca es así. Esta flipada psicotrópica nos indica que ni la peor de las hecatombes los liquidaría. Siempre tendrán otra idea sonada, bajo los efectos del ácido, que los sacará adelante. O arriba. O abajo.