Efectos secundarios

El director Steven Soderbergh ha firmado algunas de sus mejores películas cuando se ha sumergido en la ligereza del género. La serie empezada con Ocean's Eleven era el mejor ejemplo. Efectos secundarios arranca con una premisa un poco más grave: una mujer sufre un accidente, a partir del cual visita al psiquiatra, que le prescribe unas pastillas. El remedio será peor que la enfermedad y la paciente empezará a experimentar brotes de agresividad. A medio metraje, la trama entorno al poder de las grandes corporaciones farmacéuticas da paso a un filme de suspense sobre la verdad y la mentira. Si el universo médico era un tema recurrente en Erin Brockovich y Contagio, el engaño era uno de los pilares de la trilogía de Ocean’s. En Efectos secundarios, Soderbergh se sale con la suya al pasar de un protagonista (la paciente) a otro (el doctor), y también al conseguir cambiar de un tono (la crítica al sistema) al otro (el thriller psicológico).