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Como uno de esos films de historias cruzadas de los 90, 'Destinos' retrata el estado de ánimo en la Bulgaria actual a través de diferentes trayectos dentro de un taxi a lo largo de una noche. La película comienza fuerte con un asesinato seguido de un intento de suicidio, y no baja el tono. El panorama que se ofrece del país es tan desolador como el de tantos otros títulos provenientes de la Europa del Este. Stephan Komandarev no está para sutilezas. La mayoría de los relatos plantean situaciones extremas o desesperadas que dejan muy claro su discurso sociopolítico sobre la realidad búlgara. Se agradecen, para compensar, los más escasos momentos donde se apuesta por cierta vertiente humorística o cotidiana a la hora de retratar esta Sofía donde sólo quedan optimistas, "porque todos los pesimistas han marchado".