En 'El coleccionista', Terence Stamp interpretaba un joven que secuestraba a Samantha Eggar, como si se tratara de una pieza más de su colección de mariposas preciosas. El filme de William Wyler instauró un escenario de opresión machista que Pedro Almodóvar llevó al límite de la provocación con '¡Átame!', donde Antonio Banderas conseguía que Victoria Abril se enamorara de él después de tenerla atada a un cama.
¿Podemos ir más lejos? Carles Torrens y el guionista Jeremy Slater creen que sí. 'Animal de compañía' comienza siguiendo los pasos de 'El coleccionista', con Dominic Monaghan y Ksenia Solo como raptor y presa, pero las razones del primero para retener a su amada no son románticas, ni sexuales, sino puramente morales: quiere salvarla de un demonio interior.
A partir de aquí, el film se confía a los giros y golpes de efecto, en detrimento de la perturbadora química que debería estallar entre los protagonistas, pero queda redimido por la habilidad de Ksenia Solo a la hora de transmitir una sensación de peligro, confinada en una jaula.