Alien: Covenant

Ridley Scott continúa exprimiendo la saga 'Alien', iniciada en el 1979, en una segunda entrega que, a modo de precuela, debería servir para explicar el origen de toda la mitología. 'Prometheus' apuntaba hacia territorios de carácter más filosófico y existencial en torno al origen de la vida y la creación como especie, pero en esta 'Alien: Covenant' no encontramos las respuestas que esperábamos sobre todas estas cuestiones. Parece como si el mismo director no tuviera del todo claro hacia dónde enfocar la historia, conduciéndola por caminos narrativos rocambolescos que no hacen más que confirmar la escasa entidad de la propuesta.

En cierto modo, lo único que consigue 'Alien: Covenant' es cargarse todo el misterio alrededor del universo que se había ido construyendo a lo largo de los años y simplificarlo a través de soluciones que bordean el ridículo. Ritmo irregular, reparto anodino, explicaciones arbitrarias y la sensación constante, mientras ves la película, de que nos están tomando un poco el pelo.