Adiós

Después de un par de películas fallidas en Estados Unidos y de pasar por algunas series de prestigio como 'Penny dreadful', Paco Cabezas vuelve a su Sevilla natal para contar una historia de venganza en los barrios marginales de la ciudad. Inspirada en hechos reales, la película nos muestra el enfrentamiento entre clanes mafiosos a partir de la muerte de una niña. Ambientes degradados, corrupción policial y violencia en la calle. Pero no hay verdadera suciedad ni rabia en el relato. El director apuesta por una glamurización del género kinki y sus decisiones a la hora de rodar la película resultan tan confusas como equivocadas. No hay una coherencia ni formal ni narrativa, todo pasa porque sí y el resultado se contamina de esta falta de firmeza y autoría detrás de la cámara. Queda un producto farragoso, anárquico y caprichoso, que además hemos visto ya mil veces y mucho mejor. Mario Casas ofrece un correcto trabajo poniéndose en la piel de un padre dispuesto a aplicar el ojo por ojo, así como Natalia de Molina, que hace de una madre rota por el dolor.