[title]
Ryan Fleege, su esposa Emily y su pequeña hija Leila se acaban de mudar a una espaciosa casa en Santa Rosa, California. Mientras se instalan reciben la visita de Skyler, una amiga de la familia, y Mike, el hermano menor de Ryan. Todo marcha de maravilla, se acerca la Navidad y la familia está feliz en su nuevo hogar.
De pronto, Leila comienza a comportarse de forma extraña: pasea por la casa a media noche y platica con un amigo imaginario al que llama Toby –sí, el mismo de las películas anteriores–. Utilizando una vieja cámara que encontró entre las posesiones de los antiguos inquilinos, Ryan descubre que el nuevo amigo de su hija es en realidad una especie de demonio cuya presencia y poder se intensifican cada noche.
Esta película, sexta y supuestamente última de la franquicia, recurre a los mismos elementos visuales que las entregas anteriores: tomas subjetivas, cámaras caseras con visión nocturna y largas secuencias de habitaciones sin movimiento, pero esta vez introduce el elemento 3D. Este recurso funciona, particularmente durante las secuencias filmadas por la cámara que encuentra el protagonista, aunque no es suficiente para compensar las faltas en las que incurre la cinta.
En términos narrativos La dimensión fantasma (Gregory Plotkin) no aporta nada nuevo y depende de un buen número de situaciones poco razonables para construir su historia: se necesita una semana para que los protagonistas dejen de creer que todo es una simple coincidencia, el demonio se manifiesta constantemente en el cuarto de la niña pero de todos modos la mandan a dormir sola, Leila desarrolla una extraña antipatía a la iconografía religiosa pero nadie se sorprende.
Este tipo de detalles rompen la ilusión y terminan por distraer al espectador. Además, para aliviar la tensión, el realizador recurre a dos estereotipos usados hasta el cansancio como es el tipo simpático que se burla de todo y sufre las consecuencias de su escepticismo (el tío Mike) y la chica despistada cuya presencia es relevante sólo como atractivo visual (Skyler). Actividad paranormal se despide con una entrega floja, muy lejos del concepto original.