1. Un vuelo en helicóptero y una firma a ciegas
A principios de los años 90 el pasado industrial de Bilbao estaba aún muy presente y su imagen distaba mucho de la ciudad atractiva y acogedora que es hoy en día. El Guggenheim fue la primera piedra de esa transformación, y para que el director de su fundación no viera el emplazamiento elegido para el museo, que entonces eran las ruinas de un antiguo muelle portuario, lo llevaron directamente a Vitoria en helicóptero para que firmara allí los acuerdos.