Las 12 mejores cosas para hacer en Berlín

Este edificio neobarroco que alberga el Bundestag (Parlamento) alemán, sobrevivió a las guerras, a los nazis, al fuego, a los bombardeos y a la división del país, sólo para regresar como símbolo de una nueva era en la política alemana. Un viaje a la cima de este espacio abierto, lúdico y democráticamente desafiante (diseñado por Sir Norman Foster), es una obligación, pero ten en cuenta que no podrás hacerlo sin planearlo: tras una serie de amenazas terroristas en 2010, deberás reservar con anticipación (al menos tres días hábiles antes), completando un formulario disponible en línea en visite.bundestag.de, que incluye tres intervalos de tiempo posibles para realizar tu visita.

Compórtate como un auténtico berlinés y estira tus piernas dando un paseo, corriendo o paseando en bicicleta por el parque más famoso de la ciudad, especialmente si es primavera o verano. Tanto si estás buscando monumentos famosos, una cerveza y una salchicha, o un lugar para tomar el sol desnudo, encontrarás lo que estás buscando. El parque dispone de un circuito de 5 km que podrás recorrer en una hora aproximadamente. No te preocupes si te despistas, el parque está lleno de mapas con los marcadores de "usted está aquí".

El Aeropuerto de Tempelhof, famoso por su pasado nazi y su papel durante la Guerra Fría, dejó de funcionar en 2008. Ahora puedes pasear por las pistas donde los bombarderos Stuka de la Segunda Guerra Mundial despegaron y dónde, durante el bloque soviético de Berlín Occidental en 1948, los gobiernos del bloque capitalista llevaron a cabo el famoso Puente Aéreo de Berlín, consiguiendo suministros para los 2,5 millones de residentes de la ciudad en una de las mayores hazañas de la historia de la aviación. Hoy en día, los paseantes, kitesurfistas, ciclistas, corredores, patinadores (y también los azores) disfrutan mucho del espacio abierto de 368 hectáreas de pistas y praderas. Hay secciones para que los perros corran gratis, canchas de basket, un campo de béisbol, jardines rebosantes de cerveza e incluso pequeñas parcelas donde los berlineses pueden cultivar sus propios huertos.

Brandeburgo, un estado del noreste que rodea Berlín, es conocido como la Tierra de los 3.000 Lagos. Una visión que es absolutamente hermosa en invierno e imprescindible en verano, a los lagos se puede acceder en transporte público y cada uno tiene su propio carácter. Si bien algunos lagos pueden ser mejores para nadar y otros para tomar el sol, podrás encontrar tu favorito (tal como lo hacen los locales). Además, el paisaje idílico es un remedio para los deliciosos vicios de Berlín: jarras de cerveza de lúpulo y un sinfín de salchichas carnosas.

Mauerpark es uno de los mercadillos de segunda mano más grandes y concurridos de Berlín. Allí se vende de todo, desde ropa de diseñadores locales hasta cajas de cartón llenas de CDs del mercado negro. Incluso si la popularidad masiva del mercado significa que los precios siguen subiendo, puedes encontrar un tesoro entre los discos raros o las toneladas de ropa 'vintage'. También es el lugar de la popular sesión semanal de canto al aire libre, el Bearpit Karaoke. Miles de personas acuden al sistema de sonido móvil (una creación del gurú del karaoke Joe Hatchiban), para cantar a pleno pulmón los domingos de verano.

El río Spree, que serpentea por el centro de Berlín, ofrece una perspectiva diferente de esta ciudad una vez dividida. No hay escasez de operadores turísticos que ofrezcan viajes a lo largo del río, el Landwehrkanal o los lagos, y algunos servicios están incluidos en los bonos de transporte público de la ciudad. También hay múltiples servicios de alquiler de kayaks por si quieres experimentar por tus propios medios el viaje. Stern und Kreis, Reederei Winkler y Reederei Riedel ofrecen una variedad de recorridos por el centro de la ciudad.

Fundada en 1951, la Berlinale (o Internationale Filmfestspiele Berlin, para usar su título oficial) es el festival de cine más popular del mundo, en términos de cifras de asistencia de la audiencia. Un elemento importante en el calendario cultural global, que transforma a la Potsdamer Platz  en un escenario brillante de glamour, emoción y grandes estrellas de cine cada mes de febrero. Las proyecciones también se realizan en otras áreas de la ciudad, como la Alexanderplatz, en el cine Zoo Palast en Tiergarten y en un crematorio renovado, el Silent Green Kulturquartier, en Wedding.

El primer 'cine premium' en Alemania ofrece una experiencia cinematográfica de lujo, que se completa con un cóctel de bienvenida, portero y servicio de aparcacoches. El cine data de 1948, cuando un café se convirtió en una pequeña sala de proyección llamada Kino im Kindl (o KiKi, para abreviar). Más tarde fue rediseñado y renombrado como Filmpalast y se convirtió en uno de los 'kinos' más elegantes de Berlín Occidental. Después de renovaciones exhaustivas y otro cambio de nombre, sigue siendo un gran ejemplo del lujo de la década de 1950, con un techo de cristal iluminado, cómodos asientos y un gong para anunciar la película.

¿Crees que tienes lo que hay que tener cuando se trata de luchar contra los guardias de los clubes nocturnos y los juerguistas borrachos? Piénsatelo otra vez. Cuando se trata de Berghain, olvídate de todo lo que sabes sobre los clubes y ve con la mente abierta. Las colas pueden durar horas, la seguridad puede ser desalentadora y la actitud general es insensata, pero persevera y tendrás la noche (y la mañana) de tu vida. Esta leyenda distópica es un templo del techno en el que rezarás en su altar post-apocalíptico... antes de que vayas a repostar energías con un kebab.

A finales del siglo XIX se abrieron 14 mercados municipales cubiertos para reemplazar los mercados tradicionales al aire libre y mejorar los estándares de higiene. Los residentes locales salvaron el Markthalle IX del cierre en 2009, llenándolo de puestos que sirven verduras tradicionales y carnes de origen local. También alberga la excelente cervecería Heidenpeters y la panadería Sironi de Milán. Los eventos temáticos, incluido el enormemente popular Street Food el jueves, se llenan de gente, pero bien merecen una visita.

Pasear en bicicleta por Berlín con el viento soplando en tu pelo es una experiencia que no debes perderte. Plana, con muchas áreas despejadas, parques y caminos de canales, la ciudad se ve mejor en bicicleta. Dicho esto, se requiere precaución. Adoquines, líneas de tranvía, peatones sin rumbo, otros ciclistas y conductores descuidados suponen riesgos. Pocos lugareños usan cascos, pero sería prudente tener uno a mano… o bueno, mejor en tu cabeza.

¿Manifestación política o festival callejero? En Berlín, a menudo eso es algo difícil de saber. Ya sea encendiendo petardos en San Silvestre o pululando por el parque Görlitzer el Primero de Mayo, a los berlineses les encanta ejercer su derecho a beber en público, manifestarse y, haciendo gala de un espíritu emprendedor, vender chupitos caseros a los turistas. Asegúrate de tener buena cobertura y vigila los cajeros automáticos (suelen 'desaparecer' durante las grandes fiestas).