Un buen día, el actor Sergi Torrecilla recibe una carta oficial de Buenos Aires. Le comunican que un piso que es suyo, del que él no sabía nada, debe devolver a sus legítimos propietarios, la familia de un músico desaparecido durante la última dictadura argentina (1976-1983). Habla del asunto con el dramaturgo Davide Carnevali y deciden atravesar el Atlántico juntos con el objetivo de recoger material para levantar una obra de teatro documental.
Así comienza el apasionante 'Retrat de l'artista mort (Espanya '39 - Argentina '78)', una pieza de autoficción que Carnevali ha estrenado ya en Italia, Francia y Alemania. En cada sitio, ha adaptado el texto al actor que lo interpretaba y al contexto local. Si aquí conecta la dictadura franquista con Argentina, allí lo hace con los respectivos gobiernos fascistas de 1941, en plena Segunda Guerra Mundial. Un trabajo de orfebrería que en el Lliure ha ido a parar a manos de un intérprete que nos convence de todo, como que tuvo un tío que desapareció misteriosamente a finales de los años 70 o que le bautizaron con apellidos diferentes.