Iglesia de Santa Catalina

La iglesia fue levantada sobre una vieja mezquita. El Campanario se ha convertido en uno de los símbolos arquitectónicos de Valencia gracias a las vistas que ofrece de la ciudad. La girola que tiene en la cabecera de marcado estilo barroco y neoclásico es el rasgo más definitorio de la iglesia, ya que es la única de la ciudad en tener una. Esta iglesia se construyó durante la conquista de Jaime I en el siglo XIII, cuando se propuso remodelar todo el espacio urbano valenciano. El conquistador concedió un territorio a cada una de las diez parroquias de la ciudad, siendo uno de ellas la de Santa Catalina. El nombre lo puso en honor a su hija, la infanta Catalina de la casa real de Aragón. Durante los inicios de la Guerra Civil Española, la iglesia fue asaltada por milicianos republicanos, quienes la incendiaron y retrasaron su restauración hasta mediados del siglo XX.