Palacio de Dueñas

21 secretos de Sevilla

Recorremos las calles, plazas y edificios más emblemáticos de la capital hispalense para ahondar en su historia y descubrir sus rincones y secretos más escondidos

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No es de extrañar que una ciudad como Sevilla, con una historia que se remonta tantos siglos atrás y en la que se han vivido acontecimientos de lo más importantes, cuente con numerosos rincones desconocidos por la mayor parte de viajeros, e incluso, de sevillanos. Con la intención de mostrar esa cara menos popular de la capital hispalense, nos hemos propuesto rascar y desenterrar algunos de sus mayores secretos. Desde un antiguo teatro convertido en librería a una curiosa escultura con un detalle que pocos imaginan, un barrio obrero repleto de grafitis o la casa más estrecha de Sevilla. Descubrimos todos los tesoros ocultos de la ciudad andaluza.

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1. Los bebés de Aníbal González

¿Qué es?: Una famosa escultura que esconde un bonito homenaje.

¿Por qué ir?: Pasear por Sevilla es toparse, a cada poco, con edificios de marcado estilo regionalista proyectados por el más emblemático de los arquitectos hispalenses, Aníbal González. Es justo frente a una de sus grandes obras, la Plaza de España, donde se halla una escultura que lo representa creada por tres jóvenes artistas sevillanos. Lo que pocos saben es que, bajo la gabardina de Aníbal González, existe un detalle secreto: tres manitas de bebé sobresalen, a escondidas, de la escultura. La razón es simple: el año en el que la escultura fue entregada, los tres artistas que la crearon fueron padres, y para homenajear a sus pequeños, decidieron hacer este guiño que muy pocos, a no ser que conozcan la historia, llegan a descubrir.

2. El jilguero casamentero

¿Qué es?: Un reto para quienes no quieren quedarse solteros toda la vida.

¿Por qué ir?: En la fachada de la iglesia de San Pedro, en la calle Imagen, se puede contemplar un curioso mosaico de nombre “Ánimas benditas del purgatorio de San Pedro” que esconde una leyenda de lo más singular. Resulta que solo aquellos que sean capaces de encontrar en la pintura la figura de un jilguero -semioculto a propósito entre los dibujos, claro está-, conseguirán casarse alguna vez en su vida. Los que no lo logren, como es de imaginar, acabarán solteros para siempre. El mosaico atrae tanto la atención de los viandantes que no es raro ver a grupos de personas frente a él tratando de averiguar en qué rincón escondidoo se encuentra el dichoso pájaro. Una curiosidad: este detalle es precisamente la forma de firmar que poseía Juan Oliver, el artista que creó la obra.

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3.  La fábrica de galeras más antigua de España

¿Qué es?: Un recuerdo de las grandeza naval de Sevilla a pesar de no tener mar.

¿Por qué ir?: Las Reales Atarazanas de Sevilla se construyeron por orden de Alfonso X el Sabio en 1252 para que en ellas se llevara a cabo la construcción de grandes galeras que hicieran frente a los musulmanes norteafricanos. No solo se convirtieron en las más antiguas de España, sino que también fueron una de las más importantes de todo el mundo. Aunque lo que se conserva hoy poco tiene que ver con la magnificencia de lo que un día fue este lugar, adentrarse en ella sigue siendo algo especial e imponente. Las inmensas galerías, expuestas unas junto a otras de manera perpendicular al Guadalquivir, son una auténtica maravilla. Aunque están cerradas al público en ocasiones se organizan visitas guiadas.

4. Los grafitis del polígono San Pablo

¿Qué es?: Uno de los mejores rincones para disfrutar del arte urbano en la ciudad.

¿Por qué ir?: Es alcanzar las callejuelas de este barrio obrero hispalense, y que la imaginación comience a volar muy lejos. La razón es muy simple: sus altos edificios, en su mayoría bloques de pisos, están decorados con grafitis y murales realizados por los artistas nacionales e internacionales más aclamados del mundo del arte urbano: Ash, de París, El niño de las Pinturas, de Granada, o Finok & Ise, de Sao Paulo, son algunos de ellos. Fue en 2010 cuando se llevó a cabo este proyecto social con el que se decidió poner luz y color a las fachadas, que pasaron a convertirse en todo un museo al aire libre.  

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5. La sala de teatro más original

¿Qué es?: Microteatro en un mercado tradicional.

¿Por qué ir?: En pleno barrio de Triana, en concreto, en su mercado más tradicional, se ubica este peculiar teatro en el que tan solo hay espacio para 28 espectadores. Ocupando los puestos número 11 y 12, y rodeado de tenderetes en los que se despachan verduras, carnes y pescados, la CasaLa Teatro abre sus puertas cada día para ofrecer a un público de lo más variado una programación que contempla desde el flamenco a la magia, el teatro o el cine. Tres metros cuadrados de escenario son más que suficientes para llenar de vida este encantador espacio que nació, allá por 2012, gracias a la pasión por el arte de su propietario, Fernando Rodalva.

6. La cabeza de un rey castigado

¿Qué es?: Una estatua que conmemora una leyenda sobre un rey vengativo y poco astuto.

¿Por qué ir?: "Cabeza del Rey Don Pedro", este título tan peculiar es el que le da nombre a una de la calles más céntricas de Sevilla en torno a la que existe una leyenda de lo más intrigante. Resulta que el rey Don Pedro I, cansado de las injurias de un noble caballero de la época, decidió tomar la justicia de su mano y una noche, cuando nadie le veía, acabar con su vida. La familia de aquel noble acudió al rey a pedir justicia, y este prometió, pensando que jamás lo descubrirían, que el día que encontrara al culpable colgaría su cabeza en la calle donde su hijo había sido asesinado. Lo que no contaba era con que había un testigo: una señora mayor que había visto el duelo. Tras ser descubierto, el rey cumplió su palabra, pero lo que hizo fue colgar de la calle un busto con su rostro, no la verdadera cabeza. Hoy día, en la calle Cabeza del Rey Don Pedro, se puede admirar un busto de mármol del propio rey expuesto en una hornacina.

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7. La librería más imperial

¿Qué es?: Una librería ubicada en un mítico teatro de más de mil metros cuadrados.

¿Por qué ir?: En la calle Sierpes, una de las que posee más solera de todo Sevilla, se encuentra el edificio que albergó, desde 1905, el mítico Teatro Imperial. Lo que primero funcionó como un teatro, más tarde se convirtió en cine, hasta que llegado el siglo XXI se vio obligado a cerrar sus puertas. En 2004 volvió a cobrar vida, esta vez como librería. Hoy sus 1300 m2 lo ocupan un nuevo proyecto mitad librería-mitad tienda de fotografía en la que el vestíbulo, el patio de butacas, el escenario y el anfiteatro se han transformado en nuevos espacios literarios. Recorrerlos es una gozada.

8. La papelería más antigua de España

¿Qué es?: Una papelería con solera y la tercera más antigua de Europa.

¿Por qué ir?: Fundada en 1856, la mítica Papelería Ferrer, situada en el corazón comercial de la capital hispalense, no es solo la más hermosa de la ciudad: también es la que ostenta el título de la más antigua de España, y la tercera más antigua de Europa. La papelería sirvió, durante muchos años, como lugar de tertulias a las que acudían la clase intelectual hispalense, de las que formaron parte nombres como Bécquer o los Álvarez Quintero. Hoy día, más de 160 años después, la papelería continúa conservando la esencia del pasado entre sus paredes. Su fachada, una de las más llamativas de la calle Sierpes, se ha mantenido intacta desde hace más de medio siglo.

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9. La mítica Fábrica Real de Artillería

¿Qué es?: Una fábrica de artillería de gran valor histórico con grandes bóvedas.

¿Por qué ir?: Se trata de uno de los ejemplos más notables de patrimonio militar e industrial de España. La construcción, que permaneció muchos años cerrada al público, posee un gran valor histórico y se encuentra en el barrio de San Bernardo. El edificio que se ve hoy día fue levantado en 1757, aunque desde comienzos del siglo XVI ya existía una fundición de campanas y cañones en este lugar. Fue Carlos III quien impulsó la industria y convirtió la Fábrica Real de Artillería en una pieza clave en la defensa de España y su imperio. De ella salió el “cañón tigre” que le arrancó un brazo al almirante Nelson. También se fundieron en ella los leones que custodian las puertas del Congreso. Aunque cesó su actividad en el 92, su interior, grandes naves con bóvedas y pilares cruciformes, merecen una visita.

10. La Giralda en el corazón de Juan Belmonte

¿Qué es?: Una escultura que esconde el verdadero amor del autor, según la perspectiva con la que se mire.

¿Por qué ir?: En plena Plaza del Altozano, una de las zonas con más solera y más auténticas del barrio de Triana, se halla la escultura realizada en bronce por el artista Venancio Blanco del torero sevillano Juan Belmonte. Aunque lo que todo el mundo entiende es que se encuentra contemplando la plaza de toros de la Maestranza desde el otro lado del Guadalquivir, hay un secreto que muy pocos conocen. Si se observa la escultura desde la parte trasera, será posible encuadrar, a través de un agujero que coincide con el lugar donde se hallaría el corazón del torero, la histórica Giralda. Un guiño al amor que el diestro sentía por su ciudad.

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11. Beber Sangre de Cristo

¿Qué es?: Un cóctel muy católico.

¿Por qué ir?: Aunque a priori pueda parecer un poco surrealista e incluso desagradable, en Sevilla beber "sangre de Cristo" es posible. De manera figurada, obviamente. Para ello habrá que ir hasta uno de los bares más auténticos de la ciudad: el Garlochí, en una calle escondida del corazón del barrio de la Alfalfa, es el lugar. Esta curiosa taberna ambientada en la Semana Santa sevillana cuenta con una decoración de lo más barroca, plagada de cuadros y esculturas de Vírgenes y Santos, y con una música ambiental basada, sobre todo, en marchas de Semana Santa. Su especialidad, por supuesto, es la "sangre de Cristo", un combinado a base de whisky, granadina y champán.

12. La hermana olvidada de la Torre del Oro

¿Qué es?: La Torre de la Plata, eclipsada por su hermana más brillante.

¿Por qué ir?: Aunque la fama se la llevó su hermana melliza, la Torre del Oro, que se yergue imponente junto al Guadalquivir, la realidad es que la Torre de la Plata merece el mismo respeto. Ambas fueron construidas en el siglo XIII y estuvieron unidas, hasta el XIX, por la antigua muralla almohade. Desde que este cordón umbilical desapareció, la Torre de la Plata quedó en el olvido y la del Oro, se llevó el éxito. A pesar de que entre ambas solo hay una distancia de 200 metros, hoy día la Torre de la Plata está prácticamente oculta entre calles y para encontrarla hay que ir expresamente en su búsqueda.

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13. Comer pizza en unos antiguos baños árabes

¿Qué es?: Un restaurante italiano ubicado en un espacio único e histórico.

¿Por qué ir?: Esto es lo que ocurre si se decide ir a comer a uno de los restaurantes italianos más populares de Sevilla. El Restaurante San Marco cuenta con varios negocios repartidos por la ciudad, pero es el ubicado en el corazón del Barrio de Santa Cruz, llamadoMesón del Moro, el más histórico de todos ellos. Y es que se ubica en uno de los dos antiguos baños árabes del siglo XII que se conservan hoy día en Sevilla. Degustar unas ricas pizzas rodeado por paredes de piedra y bóvedas que permiten soñar con tiempos pasados, es una experiencia de lo más peculiar.

14. La plazoleta más escondida

¿Qué es?: Una placita que casi pasa desapercibida en pleno Barrio de Santa Cruz.

¿Por qué ir?: Entre Mateos Gago, columna vertebral del Barrio de Santa Cruz, y la calle Ximénez de Enciso, surge un estrecho callejón que pasa desapercibido. Craso error. Si uno deja que la curiosidad mande y avanza por él, llegará a una puerta medio oculta, a través de la cual se accede a la plaza de las Escuelas de Cristo. El olor a azahar invade este rinconcito secreto del corazón de Sevilla, donde además se puede oír el rumor de una pequeña fuente que contiene peces de colores. Desde ella se tiene acceso también a la parroquia de Santa Cruz, aunque lo que más llama la atención es el Oratorio, en el que se reúnen cada domingo un grupo de seglares para llevar a cabo sus rezos. Un lugar único en Sevilla.

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15. Los grafitis de la catedral

¿Qué es?: El arte urbano más antiguo de Sevilla están donde menos os lo esperáis.

¿Por qué ir?: Puede que suene increíble, pero los grafitis más antiguos de Sevilla se encuentran en las paredes de la propia catedral de la ciudad. Y es precisamente la que da a la calle Alemanes, la que posee un mayor número de ellos: son los vítores, unos anagramas de color rojo realizados en el siglo XIX que significan “¡viva!”, y que se pusieron de moda en el ámbito universitario español como emblema conmemorativo de quien obtenía el título de doctor. Ni cortos ni perezosos, los estudiantes mostraban su logro de esta forma: plasmándolo en una pared de la catedral.

16. Los restos de un antiguo templo romano

¿Qué es?: Un patio lleno de joyas arqueológicas.

¿Por qué ir?: En pleno barrio de Santa Cruz sevillano, y flanqueado por modernos edificios, existe un patio con tres grandes joyas de la arqueología: tres columnas de la época romana de 15 metros de altura cada una. Se trata de uno de los pocos vestigios que permanecen de la antigua Hispalis, y aunque se desconoce qué función exacta tuvieron, se cree que pudieron servir como pórtico de entrada a una zona monumental. En su origen fueron seis las columnas halladas, dos de ellas se encuentran hoy día presidiendo la famosa Alameda de Hércules de Sevilla, y la sexta se fracturó cuando el rey Don Pedro I trató de trasladarla al Real Alcázar, encaprichado con contar con una de ellas en su propia casa.

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17. El hombre de piedra

¿Qué es?: Una escultura con una oscura leyenda.

¿Por qué ir?: Cuenta la leyenda que una noche, en el siglo XV, andaba bebiendo en una taberna junto a sus amigos un sevillano conocido como “Mateo el rubio”. Cuando se marcharon, ebrios por el consumo de alcohol, pasaron junto a la puerta del Santísimo Sacramento, ante la que tenían la obligación de arrodillarse según directrices del propio rey Don Juan II. Los amigos cumplieron con su deber, pero Mateo el Rubio se rió. En ese instante cayó sobre él un rayo, convirtiéndole en una estatua de piedra que aún hoy permanece en el mismo lugar. Una versión menos fantasiosa afirma que la escultura formaba parte de unas termas que se hallaban precisamente en ese enclave.

18. Machado y la Casa de Alba

¿Qué es?: El secreto de algunos de los poemas de Antonio Machado.

¿Por qué ir?: Del gran literato que fue Antonio Machado se sabe que era sevillano. Lo que apenas nadie sabe es que su nacimiento tuvo lugar en 1875 en el Palacio de Dueñas, la actual residencia de la Casa de Alba, de la cual su padre fue administrador. Por ello, cuando en sus poemas Machado se refería a limoneros y jardines andaluces, lo que hacía mención era a los patios y jardines del propio palacio. Hoy día el Palacio de Dueñas se puede visitar y conocer así de primera mano toda la historia que rodeó, y el ambiente en el que se crió, este emblemático personaje sevillano.

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19. Gallo Rojo, el lugar más polifacético

¿Qué es?: Un espacio multifuncional lleno de vida.

¿Por qué ir?: Factoría de creación, sala para conciertos, cervecería, galería de arte… ¿Se puede pedir más? Este amplio espacio cargado de carácter se encuentra en la escondida calle Viriato y es uno de esos lugares que da alegría descubrir. Cuenta con amplios ventanales que le dan una luminosidad increíble al local, y raro será no estar en él tomando un té, una tapa, o una cerveza artesanal, y que no tenga lugar alguno de los eventos con los que cuenta su programación cultural. Desde clases de swing, a mercadillos o catas de vino: esta es de lo más amplia. El lugar perfecto para pasar un buen rato.

20. Una mesa para cuarenta

¿Qué es?: Una cena con desconocidos en una antigua abacería.

¿Por qué ir?: Cada viernes ocurre algo mágico y de lo más peculiar en la Antigua Abacería de San Lorenzo que muy pocos saben: 40 personas que no se conocen absolutamente de nada se sientan juntas a compartir los manjares más exquisitos en una misma mesa. Este evento semanal es conocido como “la mesa larga”, y aunque se trata de un evento del que muy pocos saben, es harto complicado hacerse con una de las plazas. El ambiente entre los comensales durante el almuerzo es amable, se comparten vivencias y muchas risas al tiempo que se degustan platos de la cocina tradicional andaluza. Esta curiosa tradición comenzó hace muchos años gracias a su anfitrión, Ramón, dueño de la abacería.

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21. Un hotel con sorpresa

¿Qué es?: Una calzada romana escondida dentro de un hotel.

¿Por qué ir?: Debido a su pasado romano, el centro histórico de Sevilla está repleto de lugares y rincones que muestran aquella ciudad que un día fue. Por ello, no es difícil sorprenderse encontrando restos de la época en los lugares más insospechados. Por ejemplo, ¡en el interior de un hotel! Es lo que ocurre en el Hotel Fontecruz Sevilla Seises, en el Barrio de Santa Cruz, que además de ocupar un antiguo palacio del siglo XVI, guarda en su interior restos de una calzada romana y de un mosaico con motivos acuáticos que son una auténtica maravilla. Este último puede significar que en este enclave existieron, antiguamente, unas termas romanas.

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