Catedral de Sevilla

“Hagamos un templo tan grandioso que los que lo vieren labrado nos tengan por locos”. Según las crónicas de la época estas fueron las palabras que el Cabildo Catedralicio pronunció antes de ponerse manos a la obra y levantar una de las catedrales más inmensas y bellas del mundo. Y es que la Catedral de Sevilla deja perplejo por sus proporciones: todo es grande en ella. Tanto, que hizo falta todo un siglo para finalizar su construcción (1403-1507), realizada sobre una antigua mezquita. No hay que perderse el retablo mayor, considerado por muchos una de las obras más destacadas de la historia del arte. Tampoco está de más presentar los respetos ante los restos del mismísimo Cristóbal Colón, cuyo mausoleo se encuentra en el interior de la catedral.